Apreciado lector, este libro contiene informaciones sumamente importantes para alertar sobre las operaciones del mundo de las tinieblas en contra de los hijos y criaturas de DIOS en toda la tierra a través de lo que he denominado delincuencia astral. El mismo está dividido en cuatro capítulos: Una niñez expuesta al mundo astral, delincuencia astral y sociedad, víctimas de la delincuencia astral y justicia de DIOS contra la delincuencia astral. En el primero cuento mi experiencia desde niño expuesto a la delincuencia astral, lo que me permitió aprender cómo funcionan muchas cosas en el mundo de las tinieblas y lo real y peligroso que es adentrarse en ese mundo por las terribles consecuencias. El tiempo de varios años expuesto a esta práctica diabólica me ha permitido también gozar de cierta legitimización para hablar de estos temas, pues no lo viví por mí mismo leyendo libros o viendo a algún vecino practicándolas, sino a mi papá, con quien vivía en el mismo lugar donde tenía su altar de brujería y donde recibía a todos sus clientes. Así que créame que todo cuanto cuento aquí es experiencia vivida y no imaginación. En el segundo capítulo me refiero a la relación existente entre el mundo espiritual y el natural, estableciendo las constantes visitaciones de seres espirituales a la tierra, tanto seres del Reino de DIOS como del reino de las tinieblas, como se puede verificar en la Biblia, y la manera como los seres humanos han podido relacionarse con esos seres espirituales, haciendo honra al lado espiritual que todo ser humano tiene por dentro. También me refiero a los que practican la delincuencia astral en la sociedad, como sacerdotes o ministros de Satanás, como un oficio cualquiera, con consultorio y todo, y recibiendo clientes para consultarles y hacerles trabajos de brujería según la necesidad; y también me refiero a los que son delincuentes astrales, pero como clientes de esos ministros del diablo que practican la brujería y otros oficios del mal, o sea, los que van a buscar supuesta ayuda para salir de problemas como bancarrota, problemas sentimentales, defenderse de enemigos, conseguir amores prohibidos, hacer crecer sus negocios, entre otros. En el capítulo tres la cosa se pone más buena, porque me refiero a las víctimas de la delincuencia astral, o sea, aquellos que son receptores de las enviaciones de brujería y otros males guiados por demonios que llegan a estas personas y les hacen la vida imposible o se la quitan. Finalmente, en el cuarto y último capítulo, me refiero a cómo DIOS juzga a los delincuentes astrales, los cuales operan sin ningún tipo de persecución por parte de la justicia humana, aunque acaban con medio mundo, pero no hay forma de evidenciarlo ante un juez. Entonces, planteo la forma como DIOS se mueve para hacer justicia a tantas víctimas de esta práctica maléfica y cómo envía sus justos juicios si no se arrepienten a tiempo y genuinamente. De manera que los delincuentes astrales saben que tienen contra ellos al Todopoderoso, quien es amor, pero también fuego consumidor.